Filtros
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La filtración es un proceso físico químico que consiste en la remoción de partículas suspendidas y coloidales presentes en una solución acuosa que fluye a través de un medio filtrante. El proceso de filtración es considerado como el resultado de dos mecanismos complementarios: transporte y adherencia. Las partículas a filtrar deben ser transportadas desde la solución a la superficie de los granos que componen el medio filtrante, y entonces deberán quedar adheridas a dicha superficie a través de fuerzas de atracción. Luego de que el filtro haya quedado cargado de impurezas, se debe realizar un contralavado con una duración que varía entre 15 y 60 minutos, permitiendo la expansión, remoción de impurezas adheridas y posterior reacomodo del lecho. Filtros de Carbón - Son utilizados con diversos fines, pero principalmente para la eliminación de elementos orgánicos y cloro en el agua. Filtros Hierro - Los problemas de manchas en paredes, vidrios, etc producto del riego con agua de perforaciones, son comunes en algunas zonas de nuestro país. Dicho problema es producto de presencia de hierro y/o manganeso en el agua subterránea. Para poder eliminar dichos elementos, es necesario la instalación de filtros de BIRM ó Filter Ox, dependiendo de de la concentración de los mismos. Filtros de Zeolita (partículas) La filtración con zeolita, es una tecnología de filtración relativamente reciente, con una capacidad muy superior a la lograda por los filtros convencionales antes mencionados. Las zeolitas son minerales naturales, pertenecientes a la familia de los aluminosilicatos, altamente cristalinos, de superficie muy irregular y gran porosidad que le confiere propiedades notables de filtración. La mayor capacidad, genera la posibilidad de utilizar caudales más altos y por lo tanto, equipamientos menos costosos respecto a los necesarios en filtros tradicionales. Además, la capacidad de carga es muy superior a los filtros multimedia (1,5 veces) y a los filtros de arena (2,8 veces), lo que permite carreras de filtración más largas y contralavados menos frecuentes. La alta capacidad de filtración permite la retención de partículas de hasta 5 micrones, produciendo agua que alcanza valores de turbidez inclusive inferiores a 0,1 NTU.