Ósmosis Inversa
La ósmosis inversa es el nivel más fino de filtración posible, diseñada para proporcionar agua de la más alta calidad para aplicaciones comerciales, removiendo sales, dureza, patógenos, turbidez, compuestos orgánicos, pesticidas y la mayoría de los contaminantes del agua conocidos. Al igual que la nano filtración y la ultrafiltración, la ósmosis inversa pertenece a la tecnología de separación por membranas semipermeables, en las cuales una corriente de agua es alimentada a presión a las membranas, obteniéndose como salida dos corrientes, una de producto o permeado y otra de concentrado o rechazo que irá al desagüe. El fenómeno de ósmosis inversa, está basado en la búsqueda del equilibrio. Cuando dos fluidos con diferente concentración de sólidos disueltos se ponen en contacto, se mezclarán hasta alcanzar una solución de concentración única. Sin embargo, si tales fluidos están separados por una membrana semipermeable, que permite el pasaje del solvente (agua) pero no el de los sólidos disueltos, el fluido de menor concentración se moverá a través de la membrana hacia el fluido de mayor concentración, disolviendo el mismo, hasta alcanzar una concentración igual a ambos lados de la membrana, tal proceso es conocido como ósmosis. Se generará una diferencia de altura de las columnas, la columna que originalmente contenía el fluido concentrado, tendrá una altura superior. Esta diferencia de altura se puede cuantificar como presión, y es la llamada presión osmótica. Cuanto más salina sea el agua en cuestión, mayor será su presión osmótica. La ósmosis inversa consiste en la aplicación de una presión en la columna de agua originalmente concentrada, mayor a la presión osmótica, tal que el movimiento del agua sea el inverso, esto es, el solvente se moverá desde la solución concentrada a la diluida, generando agua con una concentración salina muy baja. Como se deduce de lo anterior, la parte más importante de los equipos de ósmosis inversa son las membranas. Existen diversos tipos de membranas, generalmente con un rechazo salino en el orden del 99,5 %. Según el caudal de producción necesario y la calidad de agua de alimentación, se diseñara el equipo, seleccionando la cantidad, tamaño y disposición de membranas requeridas. Además, de modo de conservar la vida útil, es necesario agregar al proceso un pre – tratamiento en dependencia de la calidad del agua a tratar. Usualmente, el pre – tratamiento está compuesto por filtros de arena o zeolita, ablandadores o anti – incrustantes y filtros de partículas. En los casos en los cuales el agua de alimentación se encuentra clorada, es necesario además agregar un módulo para remoción de cloro: filtros de carbón activado o dosificación de metabisulfito de sodio.